lunes, 2 de diciembre de 2013

El niño frente al títere es el espectador ideal.

Desde el teatro de títeres podemos abrirles las puertas a los niños. Hay problemas que angustian secretamente a un niño y le gusta ver desde un ángulo humorístico.
Se produce una afinidad tan grande entre ambos, y en el cual es muy difícil penetrar desde nuestro frío ángulo de adultos.



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